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Dr. Juan Fortea

23/09/2025

Expertos exponen los cambios sanitarios, políticos y sociales necesarios para aprovechar al máximo los avances en el tratamiento del Alzheimer

La aprobación de nuevos medicamentos con anticuerpos para la enfermedad de Alzheimer –lecanemab y donanemab– y de pruebas diagnósticas en sangre marcan el inicio de una nueva era en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Sin embargo, sin una rápida reforma en los sistemas sanitarios, las políticas públicas y las actitudes sociales, su potencial no se materializará plenamente, advierten 40 de los principales expertos en Alzheimer en la Serie de The Lancet sobre la enfermedad de Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer representa aproximadamente el 70 % de todos los casos de demencia y es una de las principales causas de discapacidad, lo que se traduce en elevados costes sociales y económicos.

En una comparación novedosa, la serie destaca que los nuevos tratamientos con anticuerpos monoclonales pueden frenar la progresión de la enfermedad de Alzheimer hasta un nivel comparable con la eficacia de medicamentos utilizados en cáncer, artritis reumatoide y esclerosis múltiple. No obstante, los autores señalan que las diferencias en la edad de los pacientes, los resultados clínicos y los efectos secundarios obligan a interpretar estas comparaciones con cautela.

Enfermedad Alzheimer (lecanemab) Alzheimer (donanemab) Cáncer de mama en estadio temprano Cáncer de pulmón Esclerosis múltiple Artritis reumatoide
Eficacia en retrasar la progresión 8 % 10 % 9 % 32 % 4 % n/a
Reducción en la progresión en escalas de discapacidad 0,19 0,26 n/a n/a 0,20 0,25

A pesar de la similitud en la efectividad de los tratamientos para otras enfermedades, los elevados costes de los medicamentos, los complejos requisitos de las pruebas diagnósticas, la atención subóptima a los síntomas conductuales y la insuficiencia de recursos amenazan con dejar atrás a los pacientes con Alzheimer.

De forma alentadora, también se vislumbran mejoras en la prevención de la enfermedad de Alzheimer, con la aparición de los Brain Health Services, que identifican a las personas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad y les proporcionan programas de tratamiento personalizados. Sin embargo, la mayoría de los casos de Alzheimer se producen en personas con riesgo bajo o normal, lo que hace esenciales las medidas poblacionales que disminuyen el riesgo, como un diseño urbano más saludable y las restricciones al alcohol y a las bebidas azucaradas.

Los autores piden una acción global coordinada para que el rápido avance científico en el campo de la enfermedad de Alzheimer vaya acompañado de reformas en el ámbito de los proveedores sanitarios, las políticas y la sociedad.

Entre los autores de la serie figuran dos investigadores españoles: el Dr. Juan Fortea, del Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) y jefe de la Unidad de Memoria de Sant Pau, y la Dra. Eider Arenaza-Urquijo, de ISGlobal. Ambos han contribuido al apartado dedicado al diagnóstico, un campo que está viviendo una auténtica revolución gracias a la irrupción de los biomarcadores sanguíneos. Estas pruebas permiten detectar los cambios biológicos del alzhéimer incluso antes de la aparición de los primeros síntomas clínicos, lo que abre la puerta a intervenir en fases muy iniciales de la enfermedad y maximizar el impacto de los nuevos tratamientos.

En palabras del Dr. Fortea: «Estamos viviendo un hito en el tratamiento del alzhéimer con los primeros fármacos capaces de modificar la evolución de la enfermedad. Este avance hace todavía más significativo e importante seguir progresando en el diagnóstico, especialmente con el desarrollo de biomarcadores que nos permitan identificar a los pacientes en los estadios más iniciales. Solo así podremos garantizar que los nuevos tratamientos se administren en el momento oportuno y que tengan el mayor beneficio posible para los pacientes».

El autor principal de la serie, el profesor Giovanni Frisoni, de la Universidad de Ginebra (Suiza), afirma: “Las pruebas en sangre, los fármacos biológicos para la enfermedad de Alzheimer y las intervenciones preventivas están impulsando la atención hacia un terreno completamente nuevo y apasionante. Sin embargo, las antiguas necesidades de los pacientes no van a desaparecer. Al contrario, más médicos de atención primaria y especialistas en demencia deberán dominar los avances menos vistosos, pero constantes que se han producido en las últimas décadas en el cuidado y tratamiento de los trastornos conductuales, el uso de sofisticadas herramientas de diagnóstico por imagen y laboratorio, y la atención psicosocial. Un esfuerzo concertado de la sociedad en esta dirección permitirá que nuestros pacientes actuales y futuros se beneficien plenamente del potencial de los avances científicos y tecnológicos”.

Para acceder a los artículos, consulte:

https://www.thelancet.com/series-do/alzheimers-disease

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