
La pandemia de COVID-19 ha generado exhaustivas discusiones sobre su efecto en la salud mental. Aunque las tasas globales de suicidio se mantuvieron estables durante la pandemia, el efecto específico en las conductas suicidas no letales, es decir, ideación o intentos de suicidio que se sobreviven, durante y después de la pandemia no había explorado. Un nuevo estudio, liderado por el Dr. Víctor Serrano-Gimeno, del Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) revela que hubo un aumento significativo de estas conductas posterior al confinamiento.